viernes, 31 de diciembre de 2010

¿Cuántas horas dura un instante?


¿Cuántas horas dura un instante? Apenas he dejado de pensar, de escribir, de fumar y ya el día comienza a despuntar detrás del límite más real de mis ventanas. Recuerdo los silbatos de los guardias nocturnos, los ladridos de un perro; estaba besándote cuando los oí y seguía besándote cuando descubrí el rosa pálido de las nubes entre los edificios. Y fue nada más que un beso. Nada más que un efímero e inocente beso. ¿Cuántas horas dura un instante?

Ahora hay como una línea de fuego entre las nubes; es un amarillo tan intenso que podría jurar que es el mismísimo sol sorprendido en sus formas secretas, las que sólo se permite cuando cree que el mundo duerme. Sí, ya lo sé: es una tontería desde que no en todos lados es esta hora y este despertar (la continuidad, bendita continuidad de las cosas), pero deja de serlo cuando descubro que el mundo es mundo sólo allí donde yo me encuentro. Este es el mundo y no hay posibilidad de más. Yo soy el mundo, los hombres, el pecado: la humanidad. Yo. Vos también sos parte de mí.

Ah, qué de tonterías; debe de ser por la hora, el cansancio, ¿cuántas horas dura un instante? Es inútil recuperar el tiempo. Es tan inútil como pretender que el tiempo existe. Soy yo el que se ha perdido en esas horas, cuántas horas. Es inútil intentar recuperarme. Hoy tampoco podré dormir. Hoy tampoco podré escribir sobre Adán, sobre el capitán, sobre la puta historia que ya comienza a pudrirse en mi alma. Si no logro desprenderme de ella, apestará, me alcanzará la carne, me aniquilará. Pero hoy no, hoy no es el día.

Tengo ganas de salir a caminar. Hace tiempo que no respiro el aire de la madrugada, hace instantes, días.

Salí de casa con el gesto perdido de los zombis, me detuve en la esquina y observé con alguna simpatía el silencio de los bancos, en la plaza. Una mujer gorda paseaba su mascota; no me vio hasta que estuve a unos pasos de ella. Mi expresión ha de haber sido mucho peor que la de los zombis; me miró con terror, alzó su mascota (un pequeñísimo chihuahua que no dejó de ladrarme hasta que me hube alejado) y caminó con prisa hacia la casilla de la guardia policial. Yo seguí mi camino sin voltearme; por un minuto esperé que sonara el silbato del policía, que me obligara a detenerme, que me pidiera los documentos, pero nada de eso ocurrió. Entonces noté, al doblar en la esquina, que la posibilidad de haber sido detenido en circunstancias tan estúpidas no me había inquietado en realidad, de lo contrario hubiese sentido un gran alivio al alejarme a salvo. Nada de esto ocurrió tampoco, no sentía nada, ni siquiera desidia. Estaba más allá de la desidia. Era realmente un zombi. Creo que (no puedo asegurarlo) seguía sumido en ese instante, seguía besándote. Pero te repito que no puedo asegurarlo; ahora, cuando ya es casi noche otra vez, me cuesta horrores determinar exactamente qué ocurrió dentro de mí entre mi casa y el bar del Polaco. Puedo, sí, hacer una minuciosa descripción de todo cuanto aconteció a mi alrededor, pero nada dentro de mí. Recuerdo hasta las hormigas que, al final de la plaza, luchaban por trasladar un inmenso (para ellas) trozo de galleta. Eran quince. Quince hormigas. La galleta era una de esas de la publicidad, la de los 23 agujeritos. Pude identificarla aunque se trataba nada más que de un trozo. Ya al acercarme al río, la calle comenzó a poblarse de hombres y mujeres que se dirigían a sus empleos. Nadie sonreía. Algunas madres iban con niños de la mano. Los llevarían a la escuela. Ellos tampoco sonreían. ¿En qué piensan las madres en horas de la madrugada? ¿En qué piensan los niños? ¿En qué los obreros y los oficinistas? ¿En qué los funcionarios? ¿Debo considerarlos nada más que en esas tontas categorías? ¿Ninguno de ellos es capaz de demostrarse que son individuos más allá de las etiquetas, que son únicos, irrepetibles e infelices? ¿En qué piensan cuando sí ríen?

De tres en tres, de hora en hora, de página en página, de cama en cama, de calle en calle, de ayer en ayer; voy y vengo, acelero, me detengo, miro hacia los lados, miro hacia arriba, miro mis pies (son mis zapatos, no mis pies), dejo atrás la cuadra y ya estoy en otra, respiro, sudo, fumo, esquivo el sector donde señoras de bolsos con la compra y señores con el diario bajo el brazo se apiñan en torno a algo que mejor no preguntar, la curiosidad me atenaza la garganta, pero no puedo, no debo someterme al canto de las sirenas. Mañana los diarios dirán lo que dirán. Cantarán los gallos. Los diarios dirán lo que dirán. El sol estará aquí, otra vez, de cielo en cielo, en mi mundo. Los diarios dirán lo que dirán. Una braza muy pequeña se desprende del cigarrillo y el viento me la estampa en el cuello. Me sacudo; sudo, respiro, fumo, reprimo el deseo de correr hacia el fondo de una ciudad que no lo tiene, la vida no tiene fondo; al final está la muerte, pero no es el fondo, no es la vida; es sólo la muerte, mi muerte, la muerte de mi mundo; otras muertes son también mi muerte, las conozco, las detesto, les envidio esa indiferencia a las señoras con los bolsos de la compra, a los señores con los diarios debajo del brazo. Mañana los diarios dirán lo que dirán. Y dirán, dirán, dirán, dirán, dirán. Los Diarios.

El sol es tan exacto; un día así necesita un sol así, y me necesita a mí, también, aquí, corriendo paso a paso, calle a calle, tan lento, tan justo ahora para pensar en el sol, en las calles, en la muerte que me rodea y se escinde de mi vida para formarse solitaria allá en el fondo de la ciudad sin fondo. Y sudo, fumo, me agito, me sorprende la sonrisa de esa chica que me ve huir sin saber que huyo regresando; por qué me sonríe, por qué no se espanta como las señoras con sus bolsos, por qué me invita. Porque el mundo sigue siendo tan asquerosamente hermoso.

viernes, 4 de junio de 2010

Un buen castigo

Estaba pensando en escribir algo y no me sale
pensando de lo tonto que he sido
siempre fui un patán cerril y mal nacido
pero ahora que lo veo mas tranquilo
y en frio, muy frio
debe ser mejor asi.
Aunque me traicione a mi mismo
mil veces, no debo
Y sin embargo lo quiero
asi que ahora solo me enojare conmigo

viernes, 7 de mayo de 2010

Noche Divina

A que apelativo puedo recurrir para expresar el huracan de sensaciones que me causo haber estado en el recital de Calamaro, en el mismisimo Rosario, donde la apuesta era superar el recital anterior? Escuchar en vivo las canciones que siempre esperaba escuchar en un recital, saliendo de lo comercial (ya lo venia haciendo de antes, pero esta vez superado).
A pesar de las 15 hs que venia arrastrando, el tiempo del show no lo senti, ni el dia despues.
Rosario me dio descargas muy poderosas de amor comunitario que dificilmente pueda olvidar, fueron ustedes un publico soñado y perfecto.


Filmado de mi propio pulso, entre fervor e incredulidad


Ese saludo premio la noche, valio la pena pagar el VIP por solo una copa de vino acido (la campera revoleando es la mia)


Ni quisiera acercarme ha hacer una critica de lo que fue el show, solo me atrevo a decir que supero todas mis espectativas, que se disfruto, se canto y todos fuimos parte de un momento unico... Carpe Diem

viernes, 2 de abril de 2010

Como hablar, cuando sobran las palabras

Hay un aire de misterio, melancolia e infinita tristeza dentro de este maestro, ya desaparecido pero pertuo gracias a su obra


Si volviera a nacer, si empezara de nuevo,
volvería a buscarte en mi nave del tiempo.
Es el destino quien nos lleva y nos guia,
nos separa y nos une a traves de la vida.
Nos dijimos adios y pasaron los años,
volvimos a vernos una noche de sábado,
otro país, otra ciudad, otra vida,
pero la misma mirada felina.
A veces te mataria, y otras en cambio te quiero comer,
ojillos de agua marina.

Como hablar, si cada parte de mi mente es tuya
y si no encuentro la palabra exacta, como hablar.
Como decirte que me has ganado poquito a poco
tu que llegaste por casualidad, como hablar.
Como un pajaro de fuego que se muere en tus manos,
un trozo de hielo desecho en los labios,
la radio sigue sonando, la guerra ha acabado,
pero las hogueras no se han apagado aun.

Como hablar, si cada parte de mi mente es tuya,
y si no encuentro la palabra exacta, como hablar.
Como decirte que me has ganado poquito a poco,
tu que llegaste por casualidad, como hablar.
A veces te mataria y otras en cambio te quiero comer,
me estas quitando la vida, como hablar...

martes, 23 de marzo de 2010

domingo, 14 de febrero de 2010

14 de febrero, eso suma dos 7 vidas de gatos

Muy bienvenidos los que llegan
aun cuanto antes que salga el sol
muy bienvenidos los de afuera
a la era del amor.
Tranquilo y sabio aquel que espera ...
que el sol salga de nuevo hoy.
Muy bienvenidos los de afuera
a la era del amor.


Este 14 Valentine day, trajo a mi memoría aquel primer amor, ese que es totalmente puro, desinterezado y que se va descubriendo por casualidad (esta bien que a la edad de 12 años no se pensaba en eso, en aquellos tiempos).
Viviamos en el mismo barrio, un especie de micro habitat rodeado de torres de edificios, por lo que como se imaginaran habia pibes de sobra, ella vivia en una de esas torres en el ultimo piso, su madre española y su padre aleman y trabajaba embarcado asi que no estaba nunca en casa.
Yo en ese entonces iba a un colegio privado en el centro y ella cerca de Bv. 27 de Febrero, como ibamos los dos de mañana nos cruzabamos en la parada (en ese entonces nos acompañaban nuestras madres) hasta que un dia me encomendaron el cuidado de esa preciosa rubiecita pecosa, yo en ese entonces era un timido mamocho, pero responsable y obediente, asi que celosamente cuidaba de ella, le conseguia asiento y ayudaba a llevar su mochila por el colectivo atiborrado de gente, tomabamos la F Roja, de ida siempre nos encontrabamos y a la vuelta la mayoria de la veces.
(debería conseguir una foto de la pinta qe tenia con peinadito a la gomina, el portafolio y el uniforme de La Salle)
Al cumplir los 12 y comenzar 7º mo ya era lo suficientemente grande para ir a la parada solo; -aclaro que para llegar a la parada debiamos caminar nos 500 mtrs., asi que ya la pasaba a buscar todos los dias por la puerta de su edificio, peleando con los demas pibes cuando me cargaban diciendo que ella era mi novia. Las charlas de camino eran siempre las mismas, cosas de la escuela y tonterias. Para ese entonces ya una vez en casa, nos veiamos para jugar en la barrita, peleando en las situaciones en que nos cargaban por nuestra afinidad.
En ese entonces comenzo la epoca de los "asaltos" que se hacian para recaudar fondos para el viaje de estudios a Carlos Paz, los cuales consistian mas que nada en encerrarse todos en un salon a escuchar musica y ver quienes eran los osados en formar parejitas, fue asi como todo empezo, bailando un tema de los enanitos verdes, despues de ver unas cuantas parejitas formadas, en la que despues de verla haciendo rebotar varios pretendientes tome coraje y me le acerque, torpemente y totalmente carente de gracia (como son las primeras veces), al llegar al momento de los lentos, bailando con cierta distancia, ella se acerco y me dio lo que fue el primer beso, y el unico de esa noche, no recuerdo bien que sucedio por que estaba en otro planeta, nervioso, avergonzado, esquivando las miradas de los demas.
Despues de ese dia, ya los encuentros fuera de lo que era la rutina de ir al colegio ya tenian el interes de que ese momento se repita, de experimentar lo que en ese momento para mi era lo prohibido, el motivo de las burlas, pero ya no importaba tanto.
En ese entonces ya Carlos Paz habia pasado para los dos, la primavera en su apogeo, y por las tardes de calor el dueño de una granjita de barrio sacaba su proyector para pasarnos dibujitos, los problemas en casa tambien iban en aumento. Siempre nos encontrabamos ahi, con todos los pibes, tratando de estar lo mas cerquita posible sin levantar sospechas.
Una de esas noches magicas, mas llegadas al verano, por que ya estavamos en vacaciones y cada cual estaba en eso de los cursillos para entrar a la secundaria, pero se nos permitia estar mucho mas tiempo fuera por la noche, encontramos la ocacion y el lugar para continuar con eso que nos habia quedado pendiente tiempo atras y empezamos a jugar infantilmente a los noviecitos, en una banca improvisada con un tronco en uno de los jardines de una de las torres. Y ya en para ese entonces no estaba tan mal estar de novios, ya varios de nuestros amigos (par de años mas grandes) ya tenian sus parejitas. Y fue asi como las cosas empezaron en cuestiones del amor para los dos, con cartitas, dibujitos y demostraciones de afecto en publico, sin dudas ese fue un verano memorable, pero como en todas las historias siempre hay un final, los problemas en casa desencadenaron la separacion de mis padres y se presento la desicion de decidir con quien me iba, y tremenda decision, para un pendejo de 12 años!
Todo concluyo con la opcion de ir con mi padre, para mantenernos los hermanos unidos, nos mudamos bastante lejos para alguien que no tiene independencia economica y debia atender a un hermano mas chico. Nunca hubo una despedida con ella, solo cartitas de corazones que nos intercambiabamos cada vez que iba de visitas a mi madre, tampoco tenia tanta libertad para seguir viendo a mi noviecita, hasta que las visitas se hicieron cada vez menos frecuentes y asi se fue perdiendo todo... despues vino una epoca en que no volvi a visitar a mi madre, ni siquiera a tener contacto con ella, por lo tanto, fue una laguna todo lo que me unia a ese barrio y a ella en particular, yo sabia que ella iba al Politecnico, pero no me atrevi nunca a ir a la puerta a esperarla o a intentar verla nuevamente.
Todo eso hasta ayer, bendito/maldito fb, puse su nombre y ella aparecio, bueno solo su foto, se ve que no es asidua a esta porqueria, tampoco hay muchos datos, solo dice que esta casada.
Y bueno, asi es como recuerdo como empezo todo...
Feliz día a los que aún recorren los naufragios y a los que tienen el viento en las velas tambien.

domingo, 17 de enero de 2010

Bermout con papa fritas y good show



Pan & Circo y veremos con que nos empoman mañana...
Hay hay hay paisito caótico con ínfulas (populares) de país europeo. Acaso de la historia no aprenderemos nunca??? Lastima argentina, eras un bizcochuelo y la torta esta repartida